Este 7° Seminario Internacional de Líderes se da en un momento muy importante porque estamos en el preludio de la cumbre presidencial del Mercosur en Brasilia. En la Argentina estamos en un momento de cambios políticos debido al reciente proceso electoral. Esto nos lleva, con mucha convicción, a reafirmar que el Mercosur es esencial para la Argentina y para el bloque en su conjunto. Es muy importante definir qué tipo de Mercosur necesitamos y no es justamente el Mercosur que se ha quedado en su institucionalidad política sin complementarlo con los necesarios procesos de desburocratización interna, adecuación y armonización normativa.
Faltan más definiciones de los gobiernos
Es necesario una visión mucho más actualizada de hacia donde tenemos que ir en este mundo tan dinámico. Y como un mundo dinámico requiere respuestas rápidas, creo que una de las cuestiones más importantes que debemos tener en cuenta es si queremos o no queremos el Mercosur. Nuestra respuesta como industriales de la Argentina es que sí y nos parece imprescindible. En segundo lugar, este proceso que conlleva la integración comercial y productiva, pero también la armonización normativa consecuente, es algo que estamos dispuestos a hacer. La siguiente pregunta es ¿qué debemos hacer? Y tiene que ver con las negociaciones comerciales. Hay que preguntarse ¿cómo las vamos a encarar? ¿cómo vamos a realizar los procesos de adaptación para que nuestras realidades nacionales puedan responder desde el punto de vista de asimetrías y barreras con aquellos países con los que nos proponemos negociar? En particular, tenemos una negociación de ingreso a la Unión Europea en donde todo esto tiene que estar claro y representa una gran oportunidad. En ese contexto es evidente que requerimos y hacen falta definiciones desde el punto de vista de los gobiernos porque no estamos hablando de meras negociaciones entre privados sino que estamos hablando de negociaciones comerciales que se dan dentro de un marco que es el de la normatividad que se ha autoimpuesto y que implica un camino futuro. Finalmente quiero decir que éste camino futuro no puede ser el del desencuentro, sino que debe ser el del encuentro. No tenemos que debilitar al Mercosur sino fortalecerlo haciendo todo lo necesario para darle vigencia, procedencia y oportunidades.