El rol de las mujeres en la ciencia ha sido históricamente invisibilizado. A nivel global, solo el 33% de los investigadores son mujeres, y menos del 4% de los premios Nobel en disciplinas científicas han sido otorgados a ellas. Frente a esta desigualdad, iniciativas como el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO «Por las Mujeres en la Ciencia» cobran relevancia al reconocer el trabajo de investigadoras y promover vocaciones científicas en las nuevas generaciones.
En Argentina, este premio se realiza desde hace 18 años en colaboración con el CONICET, y en su reciente edición destacó a seis científicas que contribuyen con proyectos innovadores en el campo de las Ciencias de la Materia. La Dra. Paula Cecilia Angelomé, investigadora principal del CONICET, recibió el Premio por su proyecto sobre la reutilización de metales nobles para crear catalizadores y sensores eficientes. Por otro lado, la Dra. Julieta Merlo fue reconocida con la Beca por su investigación en stents cardiovasculares bioabsorbibles, que buscan mejorar los tratamientos para enfermedades cardíacas.
Además, se otorgaron dos menciones especiales en cada categoría. En la Categoría Premio, la Dra. María Laura Fanani y la Dra. Karina Miglioranza fueron distinguidas por sus estudios en surfactantes bioactivos y contaminación ambiental, respectivamente. En la Categoría Beca, la Dra. Lucía María Toscani y la Dra. Nadia Celeste Vega fueron premiadas por sus investigaciones en materiales cerámicos para energía limpia y nanomateriales semiconductores para energía renovable.

En esta edición se presentaron 115 proyectos que abarcaron disciplinas como la física, la química, las ciencias ambientales y la nanotecnología. Las ganadoras recibieron un apoyo económico de $9.000.000 y $6.000.000 según la categoría, para continuar desarrollando sus investigaciones.
Argentina se consolida como el país de Latinoamérica con mayor cantidad de científicas reconocidas en el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO, con 10 galardonadas hasta la fecha. Estos reconocimientos no solo visibilizan el trabajo de las mujeres en la ciencia, sino que también inspiran a las futuras generaciones a seguir sus pasos en un ámbito donde la equidad de género aún es un desafío pendiente.